Corría el verano del año 1988 cuando los periódicos deportivos informaban del fichaje de Maradona por el Rayo Vallecano. Evidentemente no se trataba de Diego Armando Maradona, sino de su hermano Hugo Hernán Maradona.

Hugo Maradona, que tenía 19 años, provenía del Nápoles, donde jugaba su hermano. En el Rayo Vallecano estuvo durante dos temporadas, una en Segunda División, donde consiguió el ascenso jugando 32 partidos y anotando seis goles, y otra en Primera, donde jugó 23 partidos y consiguió tres goles.

Su vida como jugador no fue fácil. Siempre con el peso de su apellido a sus espaldas, deambuló durante su carrera por todo el mundo: jugó en Argentina, España, Italia, Austria, Venezuela, Uruguay y Japón.

Lo hacía de delantero, y empezó su carrera en el Argentinos Juniors. Su comienzo fue prometedor y disputó varios partidos de la Liga y de la Copa Libertadores, lo que le valió para marcharse al Nápoles con su hermano Diego. Evidentemente todo el mundo esperaba de él que fuera el nuevo Diego y, evidentemente, eso era imposible puesto que Diego sólo ha habido y habrá uno.