Tras el duro golpe sufrido por la selección en el Mundial de Brasil llegaba la hora de volver al terreno de juego. Se eligió una plaza importante como París; había que comenzar sin complejos, buscando un rival duro y en un estadio imponente.
Del Bosque eligió a David de Gea para ser el guardameta titular en detrimento de un melancólico Iker Casillas; por ahí comenzó a avisar el seleccionador de la llegada de un cambio generacional. Debutaron cuatro jugadores, tres de inicio (San José, Carvajal y Raúl García) y Paco Alcácer en la segunda mitad. Todos aprobaron con nota alta, sobre todo Carvajal, el mejor de la Selección tanto atacando como defendiendo.
La Selección comenzó el partido dando buenas sensaciones, recuperando parte de la esencia que se dejó en Brasil, con la posesión de la pelota, con una fuerte presión y tratando de llegar a la portería francesa.
El problema con el que se encontró es que Diego Costa estaba muy alejado de los jugadores de creación, porque el delantero del Chelsea se fajó como el que más, pero en su verdadero cometido no tuvo éxito. El equipo nacional no lanzó entre los tres palos ni una sola vez; esa es la peor noticia que nos deparó el partido. A Diego Costa le sigue faltando adaptarse a la forma y filosofía de juego de nuestra Selección, y hasta que no adquiera los automatismos de este equipo no llegarán sus éxitos.
La buena noticia fue ver como en cuanto salió Silva y comenzó a asociarse con los bajitos, la cosa cambió tanto que nos recordó al equipo de antaño.
El gol de la victoria de Francia llegó en una jugada en donde la defensa estuvo excesivamente contemplativa; se necesita la contundencia de otros tiempos.
El partido tuvo su lado nostálgico y melancólico: mirabas al césped y no veías a tres inmensos jugadores que han marcado el éxito de la Selección en los últimos años: Xavi, Xabi Alonso y Villa. Como en cualquier proceso vital ya no hay tiempo para la nostalgia; quedará en el recuerdo, pero la vida sigue. En París, Iturraspe, Koke y Alcácer tomaron su relevo como dentro de años les sucederá a ellos.
La Selección de Vicente del Bosque tiene claro el concepto futbolístico, pero sabe que bajo esa filosofía inalterable hay que refundar la forma de jugar. Sí, refundación, siendo fieles al estilo pero con cambios, con matices. Yo confío en esta Selección; se lo merecen.
© Antonio Muelas, 2014 { [email protected] }
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