Los brasileños adoran el fútbol, pero si hay algo que les gusta aún más es el baile y la fiesta. Y justamente eso es lo que se celebra todos los años entre febrero y marzo en la fiesta popular más importante del país, el carnaval.
Tiene lugar cuarenta días antes de Semana Santa y empieza justo cuatro días antes del miércoles de ceniza: una explosión de color, música y ritmo sacude el país de norte a sur y de este a oeste.
Hay muchas versiones sobre el origen del carnaval brasileño, pero procede sin duda de la herencia portuguesa, que la a mediados del siglo XVI. La primera región donde arraigó con fuerza fue Pernambuco, donde en sus comienzos se llamó ‘entrudo’, y consistía en juegos en donde los participantes realizaban batallas de todos contra todos, utilizando como armas huevos rellenos de harina o de hollín, ollas de agua o los llamados ‘limones de olor’, que se rellenaban de orina y otras sustancias poco agradables.
Hoy en día el carnaval es totalmente diferente; ahora el baile, los disfraces y la música son los verdaderos protagonistas. Sin duda el carnaval más famoso de Brasil y del mundo es el de Río de Janiero, pero la fiesta se celebra en todo el país. Los cariocas llevan el carnaval tan dentro que incluso hay personas que pasan el año entero ahorrando para poder participar de lleno en la fiesta; se privarán de otras cosas pero el carnaval lo viven a tope.
Carnaval de Río de Janeiro
Es el carnaval más famoso de todo el mundo, en él las protagonistas son las escuelas de samba que año tras año compiten entre ellas en el Sambódromo para elegir la mejor. El origen de muchas de estas escuelas de samba está ligado al fútbol, ya que formaban parte de clubes del deporte rey.
Otra característica del carnaval de Río es el Sambódromo Marqués de Sapucaí, obra el célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. En él se desarrolla toda la fiesta, y es por donde desfilan las escuelas de samba. En esos desfiles cada una de ellas presenta una carroza que tiene que estar diseñada alrededor de un tema concreto; junto a ella desfilan todos los componentes, desarrollando coreografías ensayadas durante muchos meses antes. Si algo caracteriza el Carnaval de Río es el color que las escuelas de samba presentan cada año en el sambódromo.
Carnaval de Bahía
El Carnaval de Bahía es muy diferente del de Río de Janerio, porque se desarrolla en las calles y no en un recinto cerrado. Empieza seis días antes del miércoles de ceniza, un jueves por la noche, y simboliza el resurgimiento de la cultura yoruba. Su principal característica son los llamados tríos eléctricos, que se apoderan de la ciudad en gigantescos camiones con música y luces, en lo alto de los cuales tocan los grupos de moda de la ciudad.
¿Por qué tríos eléctricos? El nombre se debe a dos músicos bahianos, Dôdo y Osmar, que en 1950 se presentaron en los carnavales encima de un Ford de 1929 tocando música. El éxito fue arrollador y al año siguiente sumaron un nuevo miembro, Temístocles Aragón. Una empresa de gaseosas decidida a aprovechar el tirón, puso a su disposición un camión decorado, para que pudieran desarrollar su actuación al mismo tiempo que se movían por la ciudad: habían nacido los famosos tríos eléctricos del Carnaval de Salvador de Bahía.
Carnaval de la Amazonia
Este carnaval se celebra durante el mes de julio en la ciudad de Parintis, situada en el estado de Amazonas, y tiene una vertiente más folclórica.
Sus principales protagonistas son dos asociaciones: Boi Garantido, de color rojo, y el Boi Caprichoso, de color azul. En este caso no hay sambódromo sino Bumbódromo (el Centro Cultural y Deportivo Amazonino Mendes), una especie de estadio con la forma de una cabeza de buey estilizada, que tiene capacidad para unos 35.000 espectadores.
Podríamos seguir enumerando fiestas de carnaval a lo largo de todo el país, cada una con sus características propias, pero todas llenas de algo que los brasileños llevan en su ADN: ritmo, baile y música.
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