Son dos de los mejores futbolistas brasileños de las últimas décadas. Ambos ya retirados. Ambos, también, triunfaron en equipos españoles.

Romario se dedica actualmente a la política, es diputado federal, y abandera a los ciudadanos brasileños que mantienen una actitud crítica hacia los gastos y las promesas incumplidas de la organización de la Copa del Mundo de Fútbol de 2014, que considera excesivos. Ronaldo, máximo goleador de la Copa del Mundo con quince tantos, es miembro del Comité Organizador. El enfrentamiento está servido, incluso desde las redes sociales.

«Como ciudadanos brasileños, específicamente en relación a la Copa del Mundo, estamos en lados opuestos«, escribió Romario recientemente en su cuenta de twitter. «Si para ti es normal gastar 434 millones de dólares en la reforma del Maracaná, cuando alrededor del estadio hay hospitales chatarra, escuelas precarias y transporte público de mala calidad, entonces no te debe importar lo que digo», añadió.

Romario también acusa a Ronaldo de incumplir la promesa de donar 32.000 entradas para personas con discapacidad, causa que el exfutbolista ahora diputado defiende en el Congreso brasileño.

Ronaldo afirmó haber aceptado formar parte del Comité Organizador del Mundial de forma voluntaria y sin sueldo, porque la «Copa es del pueblo, y no de la FIFA ni la Confederación Brasileña de Fútbol». «Es lamentable que Romario, una vez más, salga al público y me responsabilice por cosas que no son de mi competencia«, escribió en Facebook. Según Ronaldo, en 2011 hizo lo que pudo para que la C.B.F. aceptara donar esas entradas y, como portavoz del Comité, difundió la noticia junto a Romario, pero que él no fue el autor de la promesa, sino la C.B.F. «Si precisas de mi apoyo, sé más educado la próxima vez«, respondió a Romario en este fuego cruzado de declaraciones y acusaciones.

Durante la Copa Confederaciones, en junio del año pasado, casi un millón de personas se manifestaron en las calles de Brasil para exigir mejoras sociales en salud, educación y transporte, y rechazar los gastos que el país realiza para el Mundial. Las protestas no han cesado, y no se descarta que vuelvan a ser masivas durante la Copa del Mundo este próximo verano.